domingo, 24 de enero de 2010

LOS PAPELES DE EDMUNDO HUSSERL

Husserl ha sido uno de los pensadores más influyentes del siglo XX. En un mundo en el que el viejo racionalismo que había prevalecido en la historia del pensamiento europeo desde Platón y Aristóteles hasta Kant y los pensadores del idealismo alemán se veía desplazados por toda clase de subjetivismos y relativismos Husserl se propuso fundamentar las bases del conocimiento humano como algo coherente y lógico. Su influencia fue muy grande y entre otras cosas lleva directamente a la filosofía existencial de Heidegger y de Sastre. En España Ortega y Gasset dio a conocer su pensamiento especialmente con la publicación por la Revista de Occidente de uno de sus textos principales, las “Investigaciones Lógicas”, un libro que en Barcelona Joaquín Xirau comentaba en sus cursos y recomendaba a sus alumnos.
Husserl había nacido en Prosnitz, en lo que hoy es Chequia, en 1859 y estudió y se doctoró en matemáticas y fue solo después de seguir cursos de filosofía de Brentano en Viena que se dedicó a la filosofía. En 1887 fue nombrado profesor de filosofía en Halle, en 1906 en Gottinga y en 1916 en Freiburg, donde permaneció hasta su muerte en 1938 .
Husserl era de ascendencia judía aunque no profesaba su religión y en un momento determinado de su vida se incorporó a la iglesia luterana y su esposa era igualmente judía. En 1929 cumplió 70 años y aunque nominalmente se jubiló siguió en la Universidad pero el antisemitismo que Hitler predicaba empezaba a hacer efecto en los medios universitarios y pronto se encontró aislado y cuando, en 1933, Hitler se convirtió en Canciller de Alemania, todos los profesores de origen judío fueron explícitamente eliminados de la Universidad. De manera que pasó los últimos años de su vida sin más compañía que la de su esposa y de algunos discípulos fieles y después de unos meses de enfermedad murió en abril del 1938.
Siempre había escrito mucho, mucho mas de lo que publicaba, y con la soledad todavía más. Para escribir utilizaba un sistema taquigráfico propio que solo algunos de sus colaboradores eran capaces de descifrar. De manera que al morir en su casa se acumulaban decenas de millares de páginas manuscritas y difíciles de interpretar por las que nadie parecía interesarse. Pero con gran sorpresa de su esposa unos meses después llegó a su casa un religioso franciscano belga, Van Bread, de la Universidad de Lovaina interesándose por los papeles.
La Universidad Católica de Lovaina fue fundada a finales del siglo XIX para renovar el pensamiento católico y ponerlo a la altura de las nuevas preocupaciones. Fue allí donde se gestó lo que se ha llamado la “doctrina social católica” de la que a su vez deriva directamente la “democracia cristiana”. Y fue allí donde se gestó y divulgó la renovación de la filosofía escolástica tradicional. No es por tanto por casualidad que en este ambiente intelectual se sintiese interés y simpatía por la obra de Husserl.
Von Breda había estudiado filosofía en Lovaina y había dedicada su trabajo final de carrera, lo que llamaríamos su tesina, a la obra juvenil de Husserl con la intención de dedicar su tesis doctoral a la fenomenológica. Y sabiendo el aislamiento a que estaba sometido en su país coincidía con otros miembros de la Universidad en acariciar la idea de establecer en Lovaina un “archivo Husserl” de manera que poco después de la muerte de Husserl, se dirigió a Freiburg con un doble objetivo: localizar materiales que le pudiesen ser útiles para fundamentar su tesis y examinar las posibilidades de que una parte de los papeles que el maestro había dejado se guardasen en Lovaina con vistas a una eventual publicación.
Lo que encontró en el domicilio de Freiburg desbordaba sus expectativas, cajas y más cajas de manuscritos, más de 40.000 hojas manuscritas con una escritura taquigráfica que solo algunos de sus ayudantes eran capaces de descifrar. Y al mismo tiempo un ambiente político cada vez más hostil en contra de los judíos que hacia recomendable trasladar aquel material fuera de Alemania lo más pronto posible. De manera que Van Breda se puso inmediatamente en acción, regresó a Lovaina con la buena noticia de que la Universidad de Lovaina podía hacerse cargo de todo el material dejado por el maestro pero los dirigentes de la Universidad se asustaron del coste económico que podía suponer asumir ese legado, por ejemplo había que contratar, al menos durante un par de años o mas, a uno de los asistentes de Husserl capaz de entender su letra y transcribir sus textos de manera que hubo que iniciar gestiones para encontrar un patrocinio suficiente lo que afortunadamente se resolvió en tres meses. Así Van Breda regresó a Friburg dispuesto a llevarse enseguida todos los papeles pero entonces surgió un nuevo problema, pensar en pasar por la frontera cuatro grandes maletas llenas de manuscritos indescifrables sin que la policía de la aduana se interesase por su contenido era pensar lo imposible. Una monja antigua alumna de Husserl y una de las pocas personas que se le habían mantenido fieles y que le había velado a menudo durante su ultima enfermedad, propuso aprovechar que su Orden tenia un convento en la frontera suiza para que las monjas pasasen poco a poco los manuscritos ocultos en sus ropas lo que en la práctica resultó inviable. Y el tiempo apremiaba cada vez más, en marzo Alemania había incorporado Austria y en aquellos mismos días Alemania había incorporado el país de los sudetes en Checoslovaquia y una guerra a gran escala parecía inminente. Finalmente solo parecía quedar una solución posible, que la embajada belga en Alemania accediese a enviar los papeles por la valija diplomática para lo cual Van Breda se trasladó a Berlín con los maletas y el Embajador, después de encerrarlas en la caja fuerte de la embajada, accedió a su petición con dos condiciones: que demostrase que los papeles le pertenecían por lo que tuvo que regresar a Freiburg para que la viuda de Husserl le formalizase la cesión y que el Ministro de Asuntos Exteriores belga, que a la sazón era Spaack, autorizase personalmente el envió. Asi Van Breda tuvo que regresar precipitadamente otra vez a Bélgica y conseguir la autorización con lo que finalmente todo se arregló y así los papeles de Husserl llegaron a Lovaina en noviembre del 38. Poco después llegó la viuda gracias a cuya entereza y decisión toda había sido posible. Y llegó también uno de los colaboradores capaz de entender la escritura quien se puso inmediatamente al trabajo.
Pero la historia de las dificultades no había terminado. Dos años después el ejército alemán ocupó Bélgica. El ambiente se enrareció rápidamente. Los papeles de Husserl volvieron a esconderse en una caja fuerte, en este caso de la Universidad de Lovaina. El asistente capaz de leer la taquigrafía de Husserl fue movilizado y ya no regresó. Y para salvar la vida de la viuda del filosofo hubo que esconderla en una celda de un convento de clausura de donde no salió mientras duró la guerra y fue solo cuando ésta terminó cuando, con cerca de noventa años, pudo viajar a los Estados Unidos para reunirse con sus hijos y cuando el archivo Husserl de la Universidad de Lovaina, lentamente porque había tareas mas urgentes que asumir, se puso en funcionamiento y todavía hoy sigue abierto y activo difundiendo su pensamiento.